¿Sientes mucha lástima por las personas? ¿Te causa un profundo sentimiento de pena las injusticias desgracias y males ajenos? ¿Sientes una terrible impotencia por no poder hacer algo al respecto?
Querida(o). Hasta ahora ya debes saber seguro que esa pena que sientes nunca ayudó a nadie. Y tampoco te ayuda a ti en nada. Gastas energía mental-emocional sin sentido.
En este post verás por qué es una mala cosa estar apenándose y compadeciéndose de las demás personas y situaciones externas.
No me apena que estés desperdiciando tu vida, enfocándote en las injusticias, desgracias y males de los demás, y no te hagas cargo de tu vida. Pero me dará pena si no lees esto. Eso sí. Me alegrará más si lees y empiezas a aplicar lo enseñado aquí y dejas de sentir pena innecesariamente.
¡CAGARSE EN TODO Y EN TODOS ES UNA MARAVILLA! Es una cagada sana. Te lo aseguro. Ya verás por qué.
¿Qué es sentir lástima por los demás?
Es la sensación de tristeza, que te causa el ver situaciones externas, tales como injusticias en el mundo, desgracias ajenas, personas en circunstancias desfavorables o pasando por momentos difíciles; Al ponerte a pensar en todo eso, entras en conflicto al no entender porqué las cosas son así y también te pones en el lugar de esas personas y sientes su dolor.
De la simple tristeza fácilmente se puede pasar al profundo sufrimiento porque se mezclan otras sensaciones (culpa, rabia, impaciencia, entre otros). Pero sobre todo se siente una gran impotencia por querer ayudar o cambiar las cosas de alguna de manera y ver que no se puede hacer nada al respecto.
Es de esa manera que muchas personas “penosas” se la pasan sufriendo y lamentándose, deseando que las cosas fueran diferentes y que el mundo fuera mejor.
¿Cuántas cosas hacemos o no hacemos por pena?
Por pena cometemos las más grandes estupideces. Por ejemplo:
1. Estar con personas con quienes no queremos estar realmente. (Nos da pena que estén solitarias o rechazarlas).
2. No ser honestos con las personas. No ser directos. No decir una cruda verdad. (Por miedo a herir a la persona).
3. Comprar cosas que realmente no queremos ni necesitamos. (Sentimos pena por el vendedor, pensando que tal vez no vendió nada y que si no le compramos va perder su trabajo o que se va a morir de hambre).
4. No despedimos a algun empleado que ha demostrado ser inútil y perjudicial para la empresa a pesar de que ya se le dio varias oportunidades de cambiar. (Pero no. ¿Qué va a pasar con su familia? Él necesita mantenerla, si lo despedimos va a ser una pena. Nos sentiremos culpables).
5. Nos lamentamos de las desgracias ajenas e injusticias que ocurren en el mundo, imaginamos que las cosas fueran diferentes…pero perdemos el foco principal de vivir nuestra propia vida.
Y muchas otras estupideces más. Solo por sentir lástima por los demás. ¿Cuáles más se te ocurren a ti?
La pena de sentir pena es que...
…el mundo no va a cambiar con tu sufrimiento. A las personas tampoco vas a ayudarlas con tu profunda pena.
La pena de sentir pena es que te desgastas mental y emocionalmente sin sentido.
La pena es que por sentir demasiada pena por cosas ajenas-externas sueles tomar muchas malas decisiones que no benefician a ti ni a nadie.
Hace que los problemas de otros, sean tus problemas…eso es una verdadera pena.
Qué pena que por pasártela apenándote por otros, te quedas estancada(o) sin tomar acción para cosas que son más importantes y merecen más atención en tu vida.
Es una pena que por sentir pena andes llevando a tus espaldas cargas ajenas y no te hagas cargo de tu propia vida.
Y sí. Es una pena que el mundo sea como es.
Pero el mundo es como es.
ACÉPTALO.
NO TE INVOLUCRES DEMASIADO EN LOS PROBLEMAS DE OTROS. SI SIENTES MUCHA PENA DEBES COMPRENDER QUE…
...El problema no es el mundo. El problema eres tu.
¡Prepárate para unas fuertes bofetadas de realidad!
Estar siempre con la atención hacia los problemas, desgracias e injusticias dice mucho más de cómo eres tu que de cómo es el mundo. Cargar con todos los pensamientos y sentimientos externos/ajenos te derrumban y te perturban de manera abrumadora.
Ya sea que sientes pena por lo que le pasan a otras personas de tu entorno o por las cosas que ocurren en el mundo, lo que ese comportamiento dice de ti es que la lástima que sientes por el mundo o por las personas es la misma lástima que sientes por ti misma(o).
Sentir pena es un sentimiento que anuncia que algo no está funcionando muy bien dentro de ti y que tienes mucha debilidad. Asimismo, la impotencia es síntoma de una carencia interna que exteriorizas en los demás.
Piensas que todos son pobres y desafortunados, pero en realidad estás proyectando en los demás lo fría, vacía y pobre que es tu vida. (porque ciertamente la verdadera pobreza es pensar que todos los demás son pobres).
Pero no sólo eso. (¡Se vienen más bofetadas!)
El sentimiento de pena también viene frecuentemente acompañado de un sentimiento de culpa. Por ejemplo, si un día te sientes bien y ves a alguien que está sufriendo por algo, eso puede despertar en ti un sentimiento de culpa por estar bien cuando la otra no lo está. De esa manera inmediatamente empiezas a sentir pena, cambia tu humor y sientes el mismo sufrimiento que la otra persona. De cierta forma te pones a cargar sus problemas. Con otras palabras, los haces tuyos.
Y aún hay más. (¡Ay, ay, ay!)
Detrás del sentimiento de pena también se esconde el sentimiento o creencia de que las demás personas no pueden hacer nada por sí solas, que no son capaces de sacar adelante sus problemas y que necesitan urgentemente de ti para salvarles. Eso te hace creer que eres muy importante para las demás personas, pero no es así. Lo que en realidad sucede es que esa forma de pensar y obrar crea una dependencia en ti (de que sientes pena y de que necesitas ayudar) y al otro (que causa pena y quiere ser ayudado).
Pero más allá de que la ayuda sea o no efectiva, no quieres ayudarlo para para verlo crecer, superar sus problemas e independizarse, sino para que te sientas importante y llenes de alguna manera el hueco que deja tu baja autoestima. En una relación co-dependiente de este tipo, inconscientemente, ambas partes se sabotean el crecimiento mutuamente. (te necesito, me necesitas…no nos dejemos) Ufff.
Ni te digo más.
En definitiva, sentir pena por los demás es una señal de debilidad, mediocridad, falta de coraje, baja autoestima y pobreza mental. Además muestra que estás enfocándote en todo lo malo del mundo en lugar de enfocarte en tu propia vida y las cosas buenas que puedes hacer de ella.
¿CÓMO PUEDES DEJAR DE SENTIR PENA?
Acepta al mundo como es.
El mundo es como es.
No hay nada que puedas hacer para cambiarlo.
ACEPTALO.
“La aceptación es hacer las paces con la realidad” -Rafael Vidac.
(Y aunque suene raro). Así como es el mundo, es perfecto.
En el orden perfecto e inteligente de la naturaleza, TODO SUCEDE POR UNA CAUSA. NO EXISTEN CAUSAS JUSTAS O INJUSTAS, SOLO SON CAUSAS. EN ESTE LOCO MUNDO TODO ES JUSTO Y PERFECTO.
Todo pasa porque tiene que pasar.
Todos en el mundo tenemos problemas en justa medida y en su gran mayoría, por el libre albedrío que tenemos. Todos van por la vida dentro de sus posibilidades (mientras otros se dejan comer por la vida). Todos tienen lo que se merecen en su momento. Todos reciben lo que dan. Todos viven lo que les tocó vivir. Todos van a lo suyo.
Ese es el mundo.
ACEPTALO.
Dejar a las personas seguir con su proceso.
Sentir pena por las personas no te beneficia a ti, ni mucho menos a ellas.
Al hacerlo, estamos subestimando la grandeza y capacidad para recuperarnos y sobrellevar los problemas que tienen todas las personas. Absolutamente todas las personas, sea cual sea el problema que tengan, pueden levantarse, rehacerse y seguir adelante; no necesitan que nos compadezcamos de ellas.
Las personas tienen lo que se merecen o necesitan en su momento.
Veamos cómo se aplica esto dentro de los ejemplos mencionados al principio.
No tienes que estar con personas con quienes no quieres estar realmente. Que se den cuenta de la actitud estúpida que tienen que repelen a las personas. O si quieres ayudarles…dile la verdad de frente.
No sientas pena por no comprar cosas que realmente no quieres. El vendedor sabrá sobrellevar el rechazo y encontrar otros clientes.
Asimismo si despides al empleado inútil de tu empresa, se dará cuenta que cómo se portó, aprenderá la lección y se pondrá manos a la obra para buscar un nuevo trabajo y no volver a cometer el mismo error.
Al sentir pena, muestras debilidad... y las personas que están pasando dificultades no necesitan nuestra debilidad. Lo que necesitan es fortaleza y seguridad. De la misma manera si hay personas que a propósito quieren provocar pena, con quejas, lamentos y demás mariconadas; tampoco muestras debilidad compadeciéndote de ellas y cumpliéndoles sus caprichos.
Nuestra sociedad nos ha malacostumbrado a sentir pena de todo y de nada. Cuando sientes pena por un ser querido que atraviesa un mal momento, eso en lugar de ayudar da más importancia al problema y tiende a agravarlo.
Cuando entendemos que la crisis por la cual atraviesa nuestro ser querido es parte natural de la vida y que va a fortalecerlo y ayudarlo en su proceso, nos liberamos de esa preocupación y confiamos en que se mejorará en su momento. De esa manera ya no sentimos pena alguna y damos un buen ejemplo transmitiendo fortaleza y confianza.
¡CUANDO PUEDAS AYUDAR…HAZLO! Sin involucrarte demasiado. Sin crear dependencia.
“Todo cambio empieza por una misma .. si no sabes te enseño, si no puedes te ayudo, pero si no quieres, NADA PUEDO HACER POR TI”.
Si quieres y puedes ayudar a una persona, ¡ayúdala!. Pero no te frustres si con tu ayuda la persona no responde como esperabas. Simplemente no puedes ayudar a quien no quiere ser ayudado.
Por muy buenas que sean tus intenciones de ayudar a alguien. Una persona sólo puede cambiar y superar sus problemas cuando ella misma se lo propone de verdad. Por más que te esfuerces demasiado en querer ayudarla no vas a lograr nada si es que no nace de ella querer salir de su situación. No podemos estar tratando de ayudar a todos.
Ayudemos a los que podamos en la medida de nuestras posibilidades, más nunca al extremo de involucrarse demasiado y cargarles sus problemas.
En ese sentido, no sirve de nada apenarse y esforzarse en ayudar. Mejor es que la persona siga su camino y ocuparse de una mismo.
Ser y dejar ser.
Aunque suene cruel, ello no significa que no dejes de sentir compasión o empatía, que son cosas totalmente distintas a sentir pena.
La compasión no trae consigo ningún sentimiento de culpa, tristeza, impotencia, dependencia o el pensamiento de que las personas no son capaces de superar las dificultades por las que atraviesan.
Al ser compasivo reconoces el sufrimiento de otra persona pero tomando distancia y no sufriendo junto con ella porque entendemos que todo lo que le pasa es parte de su aprendizaje y que ella tiene la capacidad para superarlo. De esa manera nos despreocupamos sabiendo que todo irá bien.
Ayudar es enseñar a pescar…no dar el pescado. ("Buddha")
Si ofreces ayuda basada en la compasión, esta será más sana que cuando ayudas desde la necesidad de sentirte importante para la persona. La peor cosa para el protegido es el protector. Si ayudas así, solo crearás una dependencia mutua e impedirás que ambos crezcan.
Así que si finalmente decides no ayudar (o no tienes una manera en qué puedas hacerlo). Todo bien. Acepta que es parte de su proceso. Deséale que le vaya bien.
Y…
…¡Hazte cargo de tu propia vida…DE UNA P... VEZ!
Crees que sintiendo pena y queriendo ayudar a las demás personas, vas a lograr una diferencia. Pero en realidad te refugias en los otros creyendo estar ayudando para no hacerte cargo de lo más importante que es tu propia vida. Le tienes miedo a darle la cara a resolver tus propias historias y prefieres antes “ayudar” muy mariconamente, a resolver tu propia vida.
¿Acaso no tienes cosas por hacer?
¿Acaso no tienes deseos que cumplir?
¿Acaso no tienes vida propia?
Pues si andas desperdiciando tu tiempo girando alrededor de otras personas y sintiendo lástima de todo lo que ocurre en el mundo…claramente no tienes vida.
“Hay que tener el coraje de ser el protagonista de nuestra vida. Porque si se cede el protagonismo, no hay película.”
A la mierda las personas (sanamente hablando). Tu eres un personaje secundario, terciario, extra o hasta un simple árbol en la vida de otra persona.
¿Crees que andan preocupándose por ti tanto como tu lo haces por ellos?. De la misma manera, todas las demás personas son personajes secundarios en tu vida.
A la mierda el mundo (también sanamente). A la mierda todas las injusticias, desgracias, sufrimientos y males ajenos. Es una mierda que el mundo tenga esas cosas jodidas. Pero no hay nada que puedas hacer. Y si lo hay, ¿A qué estás esperando?.
El mundo es así y todo pasa porque tiene que pasar y por razones que nunca sabremos. NO puedes desperdiciar tu vida sintiendo pena por las personas, fantaseando con que el mundo fuera diferente.
No puedes cambiar el mundo, pero sí puedes hacer una diferencia en el pedazo de mundo en el que te tocó vivir…pero empezando por ti misma(o). ¡Haciéndote cargo de tu vida! Siendo el centro de tu mundo.
Crea tu propio mundo.
El mundo no es el mundo. Sino es como haces el mundo. No dejes que el mundo te cree ni te condicione, al contrario, crea tu propio mundo y vive siendo el centro de él.
Por mucho que nos guste o no nos guste, cada uno de nosotros es el centro del mundo en el que vive.
Pensar de esa forma es individualista.
Sí.
Egocéntrica.
Puede ser.
Pero ante todo muy saludable.
* * *
Aceptación y manejo de la REALIDAD: “Lo que tengo es lo que hay.”
Amóldate a tu realidad, acepta lo que no puedes cambiar...y enfócate en lo que sí puedes cambiar.
Ciertamente hay cosas injustas y tristes en el mundo. Si alguna está dentro de tu alcance para hacer alguna diferencia…¡HAZ LA DIFERENCIA!
Pero aparte de eso no andes pensando en cómo podrías erradicar guerras, enfermedades, pobreza, evitar muertes, accidentes. Es demasiado abrumador y vas a trastornar tu salud mental innecesariamente.
Asimismo vivir no será posible para ti si andas pensando que en cada esquina que vayas algo malo te va pasar. En lugar de hacer de la paranoia y el pánico tu pan de cada día, resulta más saludable ser agradecida(o) por la vida que te tocó, y vivir de manera tranquila haciendo lo que sientes que debes hacer.
En fin.
Todo en esta vida tiene su porqué. No permitas que la lástima se apodere de ti.
Acepta el mundo.
Crea tu mundo.
Sé el centro del mundo. Ve a lo tuyo.
(nota: he añadido esta parte al post original. Es lo que me dijeron unas personas cuando he compartido esta filosofía de vivir sin sentir pena.)
“NO PUEDO DEJAR DE APENARME. NO PUEDO SER INDIFERENTE A LAS DEMAS PERSONAS. Dices todo eso por qué te toco vivir una buena vida…si hubieses estado en otra situación pensarías diferente.”
Sí. ¿Y qué? Seguramente pensaría diferente, no estaría escribiendo esto y estaría luchando, buscándome la vida de otra manera o dejándome morir. Quién sabe.
Pero no es así y nunca lo será. Vivo lo que me tocó vivir y no puedo tampoco pasármela imaginando lo que hubiera sido de mi si mi vida fuera otra vida. Si pasase mucho tiempo imaginando eso, estaría cometiendo el error de pensar “si el mundo fuera así…” o “si las personas hicieran esto” y definitivamente ese no es mi estilo!
ACEPTO MI REALIDAD COMO ES.
VIVO DE ACUERDO A ELLA CON TODAS SUS VENTAJAS Y DESVENTAJAS, Y VOY POR AQUELLO QUE ESTÁ DENTRO DE MIS POSIBILIDADES REALES.
Así que si sigues con ese tipo de pensamientos muy de víctima sufrida…tienes que seriamente dejarte de cagadas y también aceptar la realidad de las cosas.
Si veo a alguien pobre en la calle no siento pena o lástima por esa persona...Es algo que le tocó vivir.
¿Por qué? NO lo sé y no me importa mucho. Podemos meternos a explicar las injusticias del sistema económico actual o a irnos a cosas más esotéricas (cuestiones de vidas pasadas y noseque) que realmente no entiendo. En fin. Es lo que es. La pobreza no necesariamente es monetaria... a veces la pobreza es pensar que los demás son pobres.
A esa personas pobre si puedo le daré alguna moneda o regalaré ropa. Pero no voy a dejar que el sentimiento de pena me invada y quiera hacerlo siempre…porque ahí ya no estaría ayudando.
Voy a estar malacostumbrando a esa persona a recibir lo que le de. SI tuviera que ayudarle realmente sería enseñándole a ganarse las cosas, a salir adelante, que aprenda a sobrevivir en este mundo. Pero tengo otras prioridades y tampoco puedo hacer eso. Si otra persona siente que quiere darle esa ayuda real, que lo haga.
Una persona pobre no necesariamente vive una mala situación. Los niños de la calle de la calle no necesariamente son pobres o tienen malas vidas... Ellos viven sus realidades, y ni están enterados que tu estás ahí sintiendo lástima por ellos. Y de todos esos niños hay quienes saldrán adelante por sus propios medios y otros sucumbirán a la mala vida, drogas, delincuencia y demás cosas jodidas. En cualquier caso ha sido una elección propia.
De la misma manera no siento pena por desgracias ajenas, enfermedades jodidas y demás cosas difíciles de entender. Comprendo que son cosas que tienen su razón de ser y ocurren porque tienen que ocurrir.
Pero una cosa es cierta. Si me hubiese tocado “vivir otra vida diferente” a la mía actual, en una situación considerada “desfavorable”, como ya dije, estaría viviendo lo que me toca y no andaría sintiendo pena por la gente. Es más. Probablemente en mi mente ni existiría la noción de “pena”, “injusticia”, y demás cosas. Probablemente ni me enteraría que existe gente sintiendo pena por mí y por otras personas en situación similar.
EN FIN.
CUANDO LA VIDA ME PUSO A VIVIR EN ALBERGUES, NO RECUERDO SENTIR PENA, MÁS BIEN FUERON ¡BOFETADAS DE REALIDAD CRUDA!.
…Podrían haber más.
Muchísimas.
Infinitas posibilidades.
Tantas, que hasta puede ser perturbador.
Mi mente colapsaría con tanta actividad.
Entonces, ¿Para qué imaginar posibilidades de lo que hubieran sido otras vidas, teniendo ya una vida por vivir?
¡ACEPTAR LA REALIDAD DE LAS COSAS!
La vida sigue, cada uno a lo suyo, dentro de lo que le tocó vivir…mientras tu estás ahí triste, poniéndote el por mundo encima, e imaginando si las cosas hubieran sido diferentes…
¡Qué desperdicio de vida!
RESUMEN EN UN PAR DE LINEAS...
1. Sentir pena es desperdiciar energía mental y emocional.
2. Sentir pena por los problemas de las personal y males del mundo es desperdiciar tu vida.
3. Usa esa energía para vivir tu vida y hacer algo bueno de ella.
4. Acepta al mundo como es.
5. Deja a las personas seguir con su proceso. Todos tenemos problemas (desafios) en justa medida y de acuerdo a lo que necesitamos aprender en un momento dado.
6. Todos tenemos la capacidad de sobrellevar problemas.
7. Hazte cargo de tu propia vida. Vive y deja vivir.
8. Ayuda solo cuando de verdad quieras y puedas ayudar. No te frustres si tu ayuda no ayuda. No puedes ayudar a quien no quiere ser ayudado. Las personas solo pueden salir adelante cuando de verdad quieren.
9. La vida no pudo de ser de otra manera. Lo que tenemos es lo que hay.
¿NECESITAS AYUDA?
Ya sabes que sentir pena es dañino pero te cuesta deshacerte de ese hábito?
Puedo ayudarte en hacer una gran limpieza emocional y dehacernos de las causas más profundas que pueden estar alimentando tus sentimientos de pena, culpa y sufrimiento.
Es probable que esos sentimientos de tristeza, pena, culpa e impotencia tengan su origen en eventos traumáticos tuyos o de tu familia.
Una vez liberada de esas cargas emocionales podrás encontrar tu propio centro, enfocarte en lo tuyo y dejarte de sentir culpa alguna.
Deja que te ayude a abrir tu mente…
Liberate de todas aquellas cosas que te molestan, agobian, paralizan, apenan.
¡Nunca más sientas pena ajena por nada ni por nadie! y
¡NUNCA MÁS DESPERDICIES TU VIDA!
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